Falla Matheu, Manuel de

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Mauel de Falla en el Carmen de la Antequeruela.

Uno de los compositores españoles más relevantes de la primera mitad del siglo XX y uno de los grandes innovadores de la música europea de comienzos de siglo. Amigo y maestro de Federico García Lorca desde que el músico trasladó su residencia a Granada en 1920. En esa época la compenetración entre ambos fue “muy profunda”, según Isabel García Lorca, hasta el punto de que ambos emprendieron excursiones en automóvil por la provincia de Granada en busca de canciones populares, como Las tres hojas. De esa época son las colaboraciones en el Concurso de Cante Jondo de 1922 y en la función de marionetas del Día de Reyes de 1923.

Falla comenzó sus estudios musicales siendo muy pequeño. Las primeras lecciones las recibió de su propia madre y de su abuelo. Se interesó también desde muy joven por la literatura y el periodismo, llegando a dirigir alguna revista literaria (El Cascabel, 1890). En 1896 empezaría a asistir en Madrid al Conservatorio de Música. Pronto empezaría a componer. En 1899 estrenó sus primeras obras. En los años siguientes siguió componiendo y dando clases de piano ya que la situación económica de la familia no era muy buena. Conoce a Felipe Pedrell que influirá de manera determinante en su obra. En 1904 compuso La vida breve y ganó el concurso de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

En 1920 se instaló definitivamente en Granada. Entabló amistad con artistas e intelectuales de la tertulia El Rinconcillo. Llegó a convertirse en uno de los ejes de la vida cultural granadina.

En 1907 se afincó en París. Allí entró en contacto con artistas del momento como Debussy, Ravel, Albéniz o Picasso. En 1908 empieza a componer Noches en los jardines de España. También ese año conoce a Igor Stravinsky, a Ignacio Zuloaga o a Wanda Landowska. Durante los siguientes años viajaría a Londres, Suiza, Italia… En estos años se estrenaron obras suyas en España, en París o en Milán. Cuando en 1914 comienza la Primera Guerra Mundial regresa a Madrid. En el homenaje que le dan en el Ateneo, presentó las Siete canciones populares españolas. En 1915 se estrenó en Madrid  El amor brujo, y en 1916 Noches en los jardines de España.

El Centro Artístico, Literario y Científico de Granada le hizo un homenaje en septiembre de 1919. Falla viajó a la ciudad con su hermana y un matrimonio amigo. Se hospedaron en la Pensión Alhambra (reservada antes por Ángel Barrios desde París) y luego en la Pensión Villa Carmona, en la calle Real de la Alhambra. Allí se acercó al grupo de la Taberna El Polinario, propiedad de Antonio Barrios, padre del guitarrista y compositor Ángel Barrios, donde conoció, entre otros, a Federico García Lorca.

En 1920 el músico decidió trasladar definitivamente su residencia a Granada. A comienzos de 1922 se instalaría en el Carmen de la Antequeruela Alta. Entabló amistad con artistas e intelectuales como Fernando de los Ríos y Hermenegildo Lanz, entre otros miembros de la tertulia de El Rinconcillo. Llegó a convertirse en uno de los ejes de la vida cultural granadina. Organizó junto a García Lorca, Manuel Ángeles Ortiz y Miguel Cerón el Concurso de Cante Jondo que tuvo lugar en la Plaza de los Aljibes de la Alhambra en 1922 para recuperar y darle dignidad al cante primitivo andaluz. Falla logró aglutinar el apoyo de numerosos intelectuales y encargó los decorados a su amigo Ignacio Zuloaga.

Falla en el Carmen de la Antequeruela.
Mauel de Falla en el Carmen de la Antequeruela.

En 1923, durante la Noche de Reyes, en casa de la familia Lorca, participó en la representación de títeres de cachiporra organizada por Federico. Ese día se representaron el entremés Los dos habladores, El Misterio de los Reyes Magos y La niña que riega la albahaca y el príncipe preguntón, un cuento popular que Federico adaptó para la escena. Por último, se estrenó la versión para piano de la Historia del soldado, de Stravinski, que Falla ejecutó en el piano de Federico. También sonaron piezas de Debussy, Albéniz, Ravel, además de cantigas y villancicos medievales.

Cuando estalló la Guerra Civil no dudó en intentar salvar a sus amigos de uno u otro bando. Es conocido el hecho de que fue al Gobierno Civil cuando se llevaron detenido a Federico y que intercedió a través de José María Pemán para que la dictadura devolviera su plaza de profesor a Hermenegildo Lanz.

Ese mismo año, el 23 y 24 de marzo estrenó la versión de concierto de El retablo de Maese Pedro en el Teatro San Fernando de Sevilla. El estreno oficial de la obra tuvo lugar en París, en el palacete de la princesa Edmond de Polignac, en junio de 1923. Los decorados y figurines de Manuel Ángeles Ortiz y los títeres con cabezas y figuras planas de Hermenegildo Lanz.

En Granada, además de trabajar en el oratorio inacabado Atlántida, compuso el Concerto para clavecín. La relación con Lorca se enfrió a partir de la aparición en 1928 en la Revista de Occidente de la Oda al Santísimo Sacramento del Altar, concebida como un homenaje pero que el músico, católico estricto, consideró muy atrevida.

Busto de Manuel de Falla en el jardín del Carmen de la Antequeruela.
Busto de Manuel de Falla en el jardín del Carmen de la Antequeruela.

Falla, según se desprende de su epistolario, recibió con alegría la noticia de la proclamación de la II República, pero manifestó reiteradas veces a su amigo Fernando de los Ríos su queja por el hecho de que las autoridades no intervinieran más duramente en  los ataques contra la Iglesia. Falla fue toda su vida un cristiano convencido. Cuando estalló la Guerra Civil no dudó en intentar salvar a sus amigos de uno u otro bando. Es conocido el hecho de que fue al Gobierno Civil cuando se llevaron detenido a Federico y que intercedió a través de José María Pemán para que la dictadura devolviera su plaza de profesor a Hermenegildo Lanz. Gracias a su intervención salvó la vida a Gerda Leimdörfer, la esposa judía del rector de la Universidad de Granada, Salvador Vila Hernández, que fue fusilado por los sublevados el 23 de octubre de 1936.

En 1939 se marchó al exilio voluntario en Argentina y no volvió nunca a España. El régimen franquista le ofreció reiteradamente regalías económicas y de todo tipo para que regresara a España, pero Falla, enfermo, cansado y envejecido, se resistió en todo momento. Moriría en Argentina en enero de 1946. Sus restos fueron trasladados en un  barco de guerra a Cádiz. Allí se celebró un funeral de Estado con su familia, José María Pemán y diferentes autoridades eclesiásticas, civiles y militares.

Fue enterrado en la cripta de la catedral de Cádiz.

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