González Quesada, Juan Cristóbal

Juan Cristobal Gonzalez Quesada

Escultor español de principios de siglo XX. Compartió la tertulia de El Rinconcillo del Café Alameda con muchos de los intelectuales y artistas granadinos de aquel momento: Francisco y Federico García Lorca, Manuel de Falla, Hermenegildo Lanz, Manuel Ángeles Ortiz, José Mora Guarnido, etc. Era el escultor del grupo.

Algunas de sus obras son muy conocidas: El Cid Campeador de Burgos, el monumento a Julio Romero de Torres de Córdoba o las estatuas de Manuel de Falla y de Ángel Ganivet de Granada.

Nació en Ohanes, Almería. Siendo pequeño su padre emigró a Argentina y él se quedó en Granada con una tía suya. Comenzó a estudiar en el taller de Nicolás Prado Benítez y en la Escuela de Arte y Oficios. Pronto se trasladó a Madrid, con una beca del Ayuntamiento de su pueblo, y entró como aprendiz en el taller de Mariano Benlliure. Se formó, sobre todo, copiando clásicos en el Museo de Reproducciones Artísticas. Empezó a ser conocido en 1917 con una exposición en el Ateneo de Madrid y con el premio de la Exposición Nacional de Bellas Artes. Se especializó en arte urbano e imágenes monumentales. Algunas de sus obras son muy conocidas: El Cid Campeador de Burgos (de 1955), el monumento a Julio Romero de Torres de Córdoba (de 1934, inaugurado en 1940) o las estatuas de Manuel de Falla y de Ángel Ganivet de Granada.

Esta última es de 1921 y se encuentra en la Plaza del Tomate, en los jardines de la Alhambra. Fue una escultura que levantó en su momento grandes polémicas. La idea de erigir una escultura a Ganivet surgió en 1908 en la ciudad con motivo del décimo aniversario de la muerte del autor. El proyecto no vio la luz hasta que en 1918 un grupo de jóvenes del Centro Artístico de Granada, al frente de los cuales estaba Melchor Fernández Almagro, volvió a retomar la idea. Juan Cristóbal se ofreció a trabajar gratuitamente. El monumento despertó una airada reacción en algunos sectores de la ciudad. Primero, por el lugar elegido para su ubicación y, después, por el tema: un hombre desnudo domesticando un macho cabrío. Constantino Ruiz Carnero, periodista y después director de El Defensor de Granada, atacó duramente la obra.

La obra de González Quesada influyó en la de Federico García Lorca que acompañó una tarde al escultor a ver machos cabríos para tomar apuntes. Federico incluiría en su Libro de poemas uno titulado El macho cabrío, sin duda inspirado por esta experiencia.

Fue uno de los fundadores en 1933 de la Asociación de Amigos de la Unión Soviética. Expuso su obra en muchas ocasiones. Destaca en 1958 su exposición en la Biblioteca Nacional de Madrid; en 1972, la del Círculo de Bellas Artes o la del Palacio de Carlos V. En los últimos años de su vida se instaló en Ávila. Murió en Cadalso de los Vidrios en 1961.

 

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