González de la Serna, Ismael

Ismael Gonzalez de la Serna

Pintor español de la primera mitad de siglo XX, cultivador de las vanguardias artísticas. Se le ha considerado dentro del cubismo, del expresionismo, del surrealismo y del arte abstracto. Nunca, sin embargo, se quedó en ninguno de los ismos, tomó de ellos lo que mejor se adaptaba a su obra y siguió investigando caminos nuevos. Coincidió en la primera mitad de siglo con todos los artistas e intelectuales granadinos que frecuentaban la tertulia de El Rinconcillo, Manuel Ángeles Ortiz, Francisco y Federico García Lorca, Manuel de Falla, Hermenegildo Lanz, entre muchos otros. Fue muy amigo de Emilia Llanos. Él la presentó a Lorca. La correspondencia entre Ismael y Emilia duraría toda su vida; primero le escribiría desde Madrid y después, desde París. Fue Ismael González de la Serna quien dibujó la portada del primer libro de García Lorca, Impresiones y paisajes, en 1918.

En París forma parte de los pintores del grupo granadino que se instalan allí. Entabla amistad con Juan Gris, Soutine o Picasso, que fue su gran amigo y protector.

Aunque nació en Guadix, su infancia y adolescencia transcurrió en Granada. Estudia en la Escuela de Arte y Oficios de esta ciudad y más tarde en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid. En el Museo del Prado se dedica a copiar las grandes obras de El Greco o Zurbarán. Pero la exposición que le impactará realmente a sus 16 años sería la de los Grandes impresionistas franceses en el Museo de Arte Moderno. Vuelve a Granada hasta que en 1921 se marcha a París, donde residirá (con algunos viajes a España) el resto de su vida. En París forma parte de los pintores del grupo granadino que se instalan allí. Entabla amistad con Juan Gris, Soutine o Picasso, que fue su gran amigo y protector. Hasta 1927 pasa épocas de dificultades económicas. A finales de los años 30 vive una etapa de esplendor. Participó en las Misiones Pedagógicas en 1932. En España no se había reconocido todavía su arte, hasta que en 1932 expone en Madrid, en la Sociedad Ibérica de Amigos del Arte.

En 1933 se casa con Susana, que había sido esposa de Zervos (crítico de arte, coleccionista, marchante y su protector). A partir de este año se retira para dedicarse a la búsqueda de nuevas experiencias plásticas.

Tras la Guerra Civil, de la Serna continúa con su retiro y aparece pocas veces en los escenarios artísticos. Muere en París en 1968.

 

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