Teatrillo del Hotel Alhambra Palace

En los días previos al Concurso de Cante Jondo de 1922, celebrado el 13 y 14 de junio, el pequeño teatro del hotel, ideado como complemento para los visitantes y del mismo estilo neoárabe que el inmueble, acogió una velada artística en la que intervinieron los personajes más emblemáticos de la cultura granadina de la época, entre ellos Federico García Lorca.

Aquel 7 de junio abrió el acto Antonio Gallego Burín, fijo de la tertulia de El Rinconcillo y vicepresidente entonces del Centro Artístico, que leyó parte de un folleto sobre el cante jondo editado por la imprenta Urania. A continuación el guitarrista Manuel Jofré, dio un breve recital compuesto por una seguiriya. García Lorca recitó, por su lado, varias composiciones del Poema del cante jondo, en concreto el Poema de la siguiriya gitana, Muerte de la petenera y el Poema de la soleá.

Lorca, según la crónica del El Defensor, “leyó apasionadamente” y dio a conocer La Baladilla de los tres ríos y sus Viñetas jondas. El acto lo cerró Andrés Segovia.

El teatro estuvo muy relacionado con los preparativos y actividades previas al Concurso de Cante Jondo. Andrés Segovia, que llegó a Granada el 16 de mayo, ofreció allí dos conciertos a petición del Centro Artístico. En el segundo de ellos, el concertista interpretó Le tombeau de Debussy para guitarra compuesto por Falla. El éxito fue de tal magnitud que hubo que repetir el concierto. Wanda Landowska, la famosa clavecinista, amiga de Falla, interpretó dos conciertos, los días 23 y 25 de noviembre de 1922, en el Hotel Alhambra Palace, organizados por la Sociedad Filarmónica.

García Lorca volvió al hotel Alhambra Palace siete años después, el 5 de mayo de 1929, acompañado de un numeroso grupo de amigos, incluido su padre, don Federico García Rodríguez, para compartir un banquete en homenaje a Margarita Xirgú por el estreno en Granada de Mariana Pineda.

La obra teatral fue concebida y escrita muchos años antes, en concreto entre 1923 y 1925. Se estrenó en el teatro Goya de Barcelona el 24 de junio de 1927. El homenaje de Granada, dos años después del estreno, fue ofrecido por Constantino Ruiz Carnero, director de El Defensor, quien dijo: “A García Lorca, renovador de la lírica española, lo hemos descubierto los propios granadinos y hemos dicho a Madrid y al resto de España: ‘Ahí lleváis un poeta que ha nacido en Granada y que tiene toda la magnificencia de esta prodigiosa tierra andaluza”.

Poco después, el 18 de mayo de 1929, Lorca ofreció en el mismo escenario del teatro del Alhambra Palace un recital de poemas con una selección de Libro de Poemas, Canciones y Romancero gitano.

La foto de familia en el Alhambra Palace tras el estreno de Mariana Pineda, el 5 de mayo de 1929, es un extraordinario documento sobre los componentes de la Granada cultural vinculada a Lorca antes del estallido de la guerra. Además del autor, aparecen Margarita Xirgu y Manuel de Falla, Fernando de los Ríos, Antonio García Valdecasas, Julia Pacello y Federico García Rodríguez.

También posan el que sería secretario de Falla, Enrique Gómez Arboleya, José María Bérriz (la primera persona que comunicó por escrito el asesinato de Federico a la familia Rodríguez-Acosta), Manuel Fernández-Montesinos, el alcalde socialista asesinado en los primeros días posteriores a la sublevación de julo de 1936, el cineasta José Val del Omar, Antonio Gallego Burín y Hermenegildo Lanz.

Federico, quizá por el tiempo transcurrido entre la escritura y el estreno, posiblemente a causa del temor a alguna represalia de la dictadura de Primo de Rivera, escribió en el diario ABC unos meses después del estreno en el Palace de Granada: “No pretendo que mi obra sea de vanguardia. Yo la llamaría mejor de gastadores; pero creo que hay en ella una vibración que no es tampoco la usadera. Se trata de un drama ingenuo, como el alma de Mariana Pineda, en un ambiente de estampas, querido por mí, utilizando en ellas todos los tópicos bellos del romanticismo, porque hoy no se puede hacer en serio un pastiche, es decir, un drama del pasado. Yo veía dos maneras para realizar mi intento: una, tratando el tema con truculencias y manchones de cartel callejero (pero esto lo hace insuperablemente don Ramón [del Valle-Inclán], y otra, la que he seguido, que responde a una visión nocturna, lunar e infantil”