POE_07-53

Sánchez Mejías estuvo muy apegado a la Generación del 27. Además de torero fue mecenas, escritor, dramaturgo, conferenciante, presidente de la Cruz Roja sevillana, presidente del Betis… Sánchez Mejías significó para los poetas del 27 la fascinación por el toreo entendido como vehículo de expresión artística.

El toreo atrajo a casi todos sus miembros, pero especialmente a José Bergamín, Rafael Alberti (quien también dedicaría una elegía al torero y otra, a petición del propio Sánchez Mejías, a la memoria del diestro Joselito, muerto en Talavera siete años antes), Jorge Guillén, Pedro Salinas, Gerardo Diego y Federico García Lorca.

En el caso de Federico ha quedado la siguiente frase: “Qué sería de la primavera española, de nuestra sangre y de nuestra lengua, si dejaran de sonar los clarines dramáticos de la corrida”. En una declaración, un año antes de su muerte, ya había adelantado: “El toreo es probablemente la riqueza poética vital mayor de España”. La unión artística de los amigos había quedado enlazada para siempre.