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Otros lugares que nombra el poeta en su conferencia son el barrio de la judería, el barrio del Realejo; la plaza Bibrambla, la calle Elvira… Esta última aparece en algunos textos de Lorca, por ejemplo en la copla popular que recoge en Doña Rosita la soltera: “Granada, la calle Elvira, / donde viven las manolas, /las que se van a la Alhambra, /las tres y las cuatro solas”.

Al final de la calle Elvira hay un arco árabe que se menciona también en alguno de sus textos (Gacela del mercado matutino, del Diván del Tamarit): “Por el arco de Elvira / quiero verte pasar, /para saber tu nombre / y ponerme a llorar…”. La calle Elvira era una vía muy importante en Granada hasta el XIX, antes de la construcción de la Gran Vía de Colón. Era una salida de la ciudad hacia la Vega en la época árabe. El viajero alemán Jerónimo Münzer, cuando salió dos años después de la toma de la ciudad por los Reyes Católicos, se encontró con que los terrenos que había delante los ocupaba un gran cementerio musulmán (Gibson; Poeta en Granada, Ediciones B, Barcelona, 2015, pp. 128-129). Al final de la calle Elvira, haciendo esquina con Plaza Nueva, vivía Emilia Llanos, gran amiga del poeta.