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En varios encuentros con periodistas Lorca aprovechó para destacar la singular importancia que tuvo su infancia en el campo. En particular, en una entrevista con José R. Luna aparecida el 10 de mayo de 1934 en Crítica de Buenos Aires bucea en los años pasados en la Vega de Granada. “Amo la tierra -dice Lorca-. Me siento ligado a ella en todas mis emociones. Mis más lejanos recuerdos de niño tienen sabor a tierra. La tierra, el campo, han hecho grandes cosas en mi vida. Los bichos de la tierra, los animales, la gente campesina, tiene sugestiones que llegan a muy pocos. Yo las capto ahora con el mismo espíritu de mis años infantiles. De lo contrario no hubiera podido escribir Bodas de sangre. Este amor a la tierra me hizo conocer la primera manifestación artística. Es una breve historia digna de contarse”. Lorca se refiere a la aparición en la finca de Daimuz, cerca de Valderrubio, de un mosaico romano. Fue, dijo, “mi primer asombro artístico”.

Cortijo Daimuz, finca rústica del padre de Lorca. donde pasó momentos de su infancia.
Cortijo Daimuz, finca rústica del padre de Lorca. donde pasó momentos de su infancia.