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Lorca habla de Granada como ciudad de dos ríos, ciudad de dos valles. El río Genil, “coronado de chopos” y el río Dauro, “coronado de lirios”. Curiosamente él procede de un pueblo también bañado por dos ríos, el Genil y el Cubillas.

Isabel García Lorca evoca en su libro Recuerdos míos cómo al final de la calle donde vivieron primeramente en Granada, la Acera del Darro, confluían los dos ríos. El Darro es un río soterrado, desde Plaza Nueva hasta que desemboca en el Genil. Cuando la familia vivía en Acera del Darro, aún el río no estaba cubierto en este último tramo. Lorca les dedicará un poema juvenil El Dauro y el Genil (Lorca prefiere, en vez de Darro, la palabra Dauro, más cercana a la supuesta etimología de la palabra, relacionada con el oro que se podía encontrar en este río).

Los dos ríos son muy distintos para Federico, el Genil está relacionado con la alegría, su árbol es el chopo, mientras que el Darro está relacionado con la muerte, su árbol es el ciprés. Granada tiene esa cultura del agua (ríos, fuentes, surtidores, aljibes…) por su pasado árabe. Lorca es el poeta del agua no solo por Granada, sino por su origen en el pueblo de Fuente Vaqueros, también llamado La Fuente.