TEA_04-11

El día 6 de febrero de 1929, Federico García Lorca fue testigo de la irrupción de la policía en el teatro, prohibió la representación y se llevó todas las copias de la obra, que fue archivada en la sección de Pornografía de la Dirección General de Seguridad. Así se lo narró Margarita Ucelay al estudioso Miguel García-Posada. El autor se quedó sin texto. Tuvo posiblemente que reconstruirlo en Nueva York donde sabemos que hizo varias lecturas de la obra. Esta versión se ha perdido, pero no la traducción al inglés que hizo Mildred Adams.